Utopías Nocturnas CP 2
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Utopías Nocturnas CP 2
Gracias Scar. Publico el segundo capítulo y espero que lo disfrutes. Claro que estoy dispuesto a colaborar contigo. Cualquier idea me pegas el toque.
Espero que también os guste a los demás.
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¡PIIIIIIIIIIII! ¡PIIIIIIIIII! - un teléfono móvil rompía el majestuoso silencio del refugio de Billy - ¡PIIIIIIII!-.
El vampiro se despertó de un sobresalto y cogió el teléfono no sin antes haber dicho unas cuantas barbaridades.
-Espero que seas quien seas tengas una buena excusa para despertarme - gritó enfurecido - Xoggo... Sí... Vale...De acuerdo... Muy bien... En tu refugio dentro de una hora. ¡Ah! Ni se te ocurra llamarme tan temprano o te juro que... - no pudo terminar la frase debido a que el Brujo le colgó -.
Billy, refunfuñando y soltando maldiciones de aquel Tremere, dejó a un lado el teléfono y se vistió; cogió su chupa de cuero y sus pantalones rasgados , miró su reloj: las nueve y diez, "sólo" había dormido quince horas; el Brujah maldijo de nuevo el nombre de su líder de grupo, nada más que hacía media hora que había anochecido. El anárquico vástago estaba enfurecido y sediento. Una mezcla explosiva en uno de su clan.
Una hora después, en el refugio Tremere, Xoggo estaba esperando a los miembros de su cuadrilla. Su lugar de descanso era inmensamente grande; tenía un enorme pasillo que lo recorría entero con habitaciones a cada lado, en la primera puerta de la izquierda tenía una enorme biblioteca llena de libros de todos los temas místicos que se pudieran desear, también poseía una infinidad de habitaciones todas ellas, al parecer cerradas mágicamente, la segunda puerta de la derecha era el salón en el que estaba esperando a sus invitados, no era especialmente llamativo pero tenía una buena iluminación producidas por unas lámparas halógenas. La estancia tenía las cuatro paredes recubiertas de corcho, una mesa de cristal de forma circular en el medio, dos sofás y varios sillones. El Brujo estaba recostado en un sofá color azul, su aspecto era normal: tenía un jersey blanco debajo de la chaqueta marrón, sus oscuros pantalones de seda se veían terminados en unos comunes mocasines; su rostro poseía unos brillantes ojos marrones, lo que demuestra su linaje taumaturgo, su boca con delgados labios mostraba sus colmillos, seguramente sacados por su impaciencia, el pelo de color castaño estaba rapado probablemente al uno, su blanca piel era lo que resultaba extraño a la vista, pero era un rasgo muy común en los miembros de la estirpe. El vástago tenía una mano en el respaldo del sillón y las piernas cruzadas, con un gesto de desesperación el vampiro se puso de pie y se estiró la chaqueta, en ese momento llamaron a la puerta; Xoggo cerró los ojos y se concentró - Sí - pensó para sí mismo - es Rufus y al parecer viene con... Jack, si con Jack - con una leve orden mental abrió la puerta y los invitó a pasar. Los dos chupones tenían un aspecto muy distinto; Rufus vestía una camisa beige abierta remangada por los codos con una oscura camiseta debajo, unos pantalones vaqueros y unos tenis, en su cuello llevaba una cadena de plata, su rostro era lo más humano que se podía ver: su piel tenía un color normal y era caliente al tacto, tenía el pelo perfectamente peinado y llevaba un aro atravesándole la oreja; todo esto hacía de él un perfecto Toreador. Jack venía vestido con un hábito de monja de clausura, y su inseparable Parket colgado de la espalda, algo que encajaba perfectamente con su desequilibrada mente.
-Bien por fin os dignáis de venir - dijo Xoggo con sarcasmo -. ¿Y el que falta? ¿Lo habéis visto?
-Jefe pefdón - alcanzó a decir Jack - pod el retrazo pedo no conzeguíamoz encontrad tu defugio.
- Deja de decir tonterías Jack, hemos tardado más por tu culpa - dijo enojado el vástago - "¿Rufus estás seguro de que no hay ningún gato? me están persiguiendo ¿Tú no serás uno de ellos?" - el Lunático alegó en su defensa que desean destruirle y debe estar alerta.
-Billy estará perdido por algún lado. He llamado a su móvil unas cuantas de veces y lo tiene desconectado. Estúpida Chusma. Seguro que... - Rufus no pudo terminar la frase porque el Tremere lo interrumpió súbitamente con un tono autoritario-.
-Rufus recuerda que ahora estamos unificados y no te permito ese tono despectivo con un miembro de tu equipo -el vampiro aludido asintió como si no lo hubiera escuchado - ¡Acata esto como una orden de tu jefe!
El Toreador dio un paso lateral, se puso tras Xoggo, lo cogió por el cuello, le retorció la mano y lo puso contra la pared sujetándolo fuertemente; todo esto con unos increíblemente rápidos movimientos en unas inapreciables décimas de segundo.
-¡Recuerda que sólo eres nuestro jefe porque el Príncipe así lo quiso! ¡Así que deja tus tonterías para otro que se las crea! - gritó enfurecido el vástago - Y ese Príncipe ¿Quién se ha creído que es? ¡Unificar a la Camarilla! Maldito bastardo que me mezcla con estos imbéciles de izquierda. Dime ¿qué harás ahora, usar tu Taumaturgia? No, no lo creo ¿verdad que no? -. Mientras Xoggo intentaba liberarse y Rufus no paraba de decirle tonterías el Malkavian increíblemente rápido desenfundó dos pequeñas ametralladoras que guardaba dentro de su amado Parket, y las dirigió contra el Toreador.
-¡Parket mida lo que hace el pijito! ¿lo haz vizto? – el loco se dirigió a Rufus- Zi te crees tan dudo ven, vamoz zólo zoy un pobde zunnomad, ¿no ez azí? - Jack parecía muy alterado y tenía los ojos brillando de furia - ¿ez ezo lo que pienza veddad Parket? ¡Tú solo edez ezcoria! Un vampido que ze cree, vizte y compodta como un humano nodmal pedo con complejos de gdandeza. ¡Dezpúes dicen que nozotroz deliramoz! - dijo el Malkavian con sarcasmo - ¡Los gatoz noz pedsiguen pedo tú no edes digno de comprenderlo! ¡Las voces están ahí y yo soy el único digno de escucharlas! ¡Y despecto a Xanddo, mida créeme eze Príncipe ha sido la mayod bendición de la Camarilla! ¡Él zolo pudo derrotad a medio Sabbat eudopeo y acabad con la amenaza del antediluviano! ¡Y además Parket lo ama!
-¡Jack tranquilízate!- dijo Xoggo mientras se ponía bien la chaqueta - ¡ y en cuanto ti, Rufus, da gracias a que no le comunique a Xandro tu anterior acto! Ahora pasemos a esperar a este impuntual dolor de muelas.
La puerta del refugio se cerró y el Tremere les condujo a la sala de reuniones. Jack seguía con lo de sus voces interiores y sus perros. Mientras Jack seguía así, Xoggo y Rufus intercambiaron un par de asesinas miradas y se sentaron.
Billy se encontraba ahora mismo en una zona poco recomendable. El barrio parecía un vertedero, las calles estaban llenas de basura y mendigos andaban de un lado a otro buscando un lugar donde pasar la noche, la única luz que existía era la de la luna y la de algunos ventanales, un pestilente hedor a suciedad recorrió la nariz del vampiro que, seguramente, habría vomitado de estar vivo. El Brujah iba a ver a uno de sus contactos cuando al doblar una esquina de improviso le colocaron una navaja en el cuello. El hombre en cuestión iba hecho una pena; su cara, llena de mugre, exudaba sudores negros, llevaba puesto a una camisa raída, unos vaqueros y unas enormes botas militares, el cuerpo le temblaba, sus ojos estaban hundidos en las cuencas y su barba de dos semanas oscurecía aún más su sucio rostro; Billy esbozó una pequeña sonrisa de malicia y le dijo al desgraciado -¿Qué quieres?-.
- No...no te hagas el gra..el gracioso tío- dijo el toxicómano con la típica voz de tener el mono - ya sabes a por... lo que he venido. Así que suelta la pasta o...o...te rajo.
-No te pienso dar nada - dijó con un tono de autoridad -. Y a propósito te huele el aliento.
-¿Me estás va…cilando gi…gilipollas?. Mira tío no te lo pien...pienso repetir tu pasta o tu sangre - el cainita negó con la cabeza -.
El drogata intentó hundir su navaja en el cuello de su víctima la cual con unos sobrehumanos reflejos esquivó el golpe y sorprendentemente rápido se puso detrás de su asaltante, el cual no se dio ni cuenta.
-¡Hey tío! ¿Do...donde te has metido? ¡Otra alucinación! - dijo pasmado - ¿Pero que...? - el Brujah había agarrado al drogodependiente por el cuello y le susurró al oido:
-¿Mi sangre? ¿Seguro? ¿No será la tuya?
-¡Tío! ¡Su...sueltame! No te... - el toxicómano soltó un graznido al tiempo que Billy le apretaba más el cuello y lo levantaba en peso -¡Hey, tranquilo amigo!
-Mira te soltaré si me respondes a una muy fácil pregunta.
- ¡Mi cuello tío! ¡Que me ahogo! ¡Ten cuidado!
-Han pasado por aquí cosas muy extrañas los últimos días, ¿verdad?
-¿Qué...qué quieres dec...? ¡Mmmgg! - Billy le apretó más el pescuezo - ¡No se a que te refieres!¡Te lo prometo!¡Déjame ir! - lloriqueó el yonqui-.
-¿Seguro? ¿No sabes nada de los cadáveres deformados?
- ¿Fiambres deformados? ¡No se nada! ¡Por favor tío! - el drogadicto estaba llorando -
El pobre enganchado tenía la cara roja y los ojos como platos; el Brujah sabía que estaba diciendo la verdad .
- ¿Qué te metes? -preguntó Billy.
-¿Para que lo...? ¡Aghh! ¡Vale tío, ya vale! ¡Caballo!¡Ahora suéltame! - dijo ahogándose.
-¡Puto yonqui! - el Brujah de un leve giro de muñeca rompió el cuello de su ex-asaltante - No pienso beber sangre con esa mierda -.
Billy cogió el cadáver y lo metió en un contenedor de basura no sin antes vaciarle los bolsillos y quitarle su bonita navaja. Al volverse hacia un lado pudo ver a un vagabundo en una cabina de teléfono y parecía muy alterado, se acercó a él y el hombre dijo:
-¡Socorro! ¡Es él! ¡Dense prisa en venir por favor! - gritó el hombre -.
El Brujah usando otra habilidad de su poder de Presencia preguntó al humano:
- ¿A quién llamabas? - dijo el vampiro.
Su disciplina Presencia dio a conocer su brutal naturaleza; su rostro enseñaba sus afilados colmillos, sus ojos habían tornado a un intenso rojo brillante, su pálida cara era comparable a la de un zombi y sus manos se habían convertido en salvajes garras. El hombre cayó al suelo y comenzó a llorar afectado por la despiadada eficacia del hechizo.
- Llamaba a ¡snif! la policía - consiguió esbozar el mendigo entre llanto y llanto -.
-¡Lo que me faltaba! ¿Oye eres un drogata? - no oyó respuesta, aquel desgraciado estaba paralizado por el terror. Billy volvió a su estado normal.
- Contesta.
-¡No! - dijo aún con el miedo en el rostro -. ¡No me pienso meter nada de eso en la vida!
-Bien - dijo el Brujah y levantándolo por la camisa hundió los colmillos en el cuello de aquel pobre hombre y saciando por fin su sed.
De repente el Brujah oyó sirenas y vio como unas luces que provenían de unos coches le alumbraban. Una voz del coche dio el típico "¡Entréguese y no le pasará nada!". Billy gritó para sí unas cuantas barbaridades, cogió el cadáver y empezó a correr; acto seguido los policías se metieron en el coche-patrulla y le persiguieron. El Brujah corría bastante rápido pero el coche le pisaba los talones, así que decidió parar. Uno de los dos policías bajó del coche y se dirigió hacia él y apuntándole con la pistola le dijo que se estuviese quieto y no intentase nada raro. Billy levantó las manos y las apoyó en la nuca. El otro policía lo cacheó y le quitó su cuchillo, le colocó las esposas y lo metió dentro del coche.
-Llamemos a una ambulancia.
-¿Estás loco? - respondió uno de los agentes - si llamáramos a una ambulancia tardaría una media hora en venir, somos la única patrulla que hay en esta zona, recuerda que el hospital está en la capital a treinta kilómetros de aquí. Llevemos al muerto a la morgue, esta a unos diez kilómetros.
-Vale, lo siento, pero es mi primer día y no me conozco este sitio.
Los dos policías se metieron dentro del coche, no sin antes meter en el maletero al cadáver, y empezaron a hablar:
-El muerto está desangrado.
-¡Jodido animal! - dijo al Brujah el otro policía - ¿Qué coño te había hecho? ¡Te pudrirás en la cárcel maldito cabrón! - cogió la porra y golpeó al vástago en la cara.
-Tranquilízate, ya se que es tu primer muerto, esto duele pero tranquilízate ¿OK? - le dijo a su compañero, Billy empezó a reírse. - ¿De qué te ríes degenerado?
-Me parece que también será el primero y el último - con un rápido movimiento el vástago rompió las esposas y arrancó el asiento del copiloto dejando inconsciente a su ocupante. El conductor paró en seco, desenfundó la pistola y disparó una bala que impactó en el estómago de Billy; al ver que el arrestado seguía ileso le vacío el cargador y... nada, para Billy eran como cosquillas. El policía estaba paralizado por la impresión, intentó abrir su puerta pero debido a los nervios se le olvidó quitar el seguro y comenzó a pegarle patadas en un desesperado intento por escaparse. El cainita cogió al agente por el cuello, que no paraba de patalear, y lo estampó contra el cristal de la ventanilla haciéndolo añicos y dejando sin conocimiento al agente, con la cara ensangrentada. Como si Billy no tuviese suficiente con dos muertos, ahora poseía dos policías inconscientes y no sabía que hacer con ellos; sabía que del yonqui no tendría que preocuparse mucho, no es de extrañar que en un barrio así se encuentre a un toxicómano asesinado en un cubo de basura, con el desangrado haría el proceso habitual, prenderle fuego o dejarlo en algún sitio con evidencias de alguna misa negra o algo que no relacionase directamente a los vampiros con el suceso. Lo complicado estaba con los policías, no estaban muertos y ellos podían ser fácilmente identificables; algo estaba claro, no podía dejarlos escapar, pero quieras que no, dos víctimas eran demasiadas para encima añadir la de dos agentes de policía. Aunque sea difícil de imaginar, Billy tenía conciencia, como todos los vástagos, pero siempre suele estar muy oculta y no mostrarse hasta que reflexiona sobre los actos cometidos. No sabiendo que hacer conectó su móvil y llamó a Xoggo.
-¿Sí? Xoggo al habla.
-¡Hey! Soy yo, Billy.
-¡Hombre si se digna en llamarnos! ¡Escúchame pedazo de...!
No pudo terminar la frase ya que Billy lo interrumpió - Mira, si quieres después ajustaremos cuentas pero por ahora necesito tu ayuda urgente -.
-¿Qué tripa se te ha roto?
-Esta noche iba a ver a uno de mis contactos en el Barrio Sur de las afueras...
-Sitio muy bonito, ¿verdad que sí? - dijo Xoggo con ironía -.
-¡Cierra la boca y escúchame! se me cruzó un yonqui y, bueno, lo maté; alguién me vio hacerlo y llamó a la policía, pero me comí al soplón. Bien, la situación actual es la siguiente: con el muerto hago lo de siempre pero, ¿Qué coño hago con los dos monos? No están muertos, sólo han perdido el conocimiento.
-Un momento, voy a consultarlo con tus compañeros de equipo. ¡Ah! A propósito te llevamos esperando una hora y cuarto, están bastantes cabreados. Yo que tú no me acercaría mucho a ellos.
-¡Tío! ¿Has escuchado algo de lo que te he dicho? - dijo enfadado Billy.
-Sigue con el móvil conectado te llamaré en seguida - el Tremere colgó.
-¡Maldito Brujo! ¡Cada día que pasa lo odio más!
Mientras tanto en el refugio de Xoggo este acababa de comunicar la situación al resto de la cuadrilla.
- ¿Qué espera que hagamos? - dijo Rufus.
- No tengo ni idea pedo penzemoz algo - respondió Jack.
-Traigámoslos hasta aquí y dispongámonos a efectuarles un pequeño interrogatorio - concluyó al fin el Brujo.
-¿De qué nos pueden servir esos dos polis? - dijo Rufus
-¿Has olvidado lo de los cadáveres deformados? Alguien tiene que saber algo y espero que estos dos tengan alguna idea. - dijo Xoggo – Rufus, llama al móvil.
-¿Cómo lo llevas pequeño bastardo? – dijo el Toreador -.
-¡Vete a la mierda! ¿Qué coño vamos a hacer? - dijo alterado el Brujah.
-Tráelos aquí y entablaremos conversación.
-Que los traiga ¿a dónde?
-Al refugio de Xoggo.
-¡Estoy a tres cuartos de hora en coche! ¡Y no sé si aún funciona!
-Dame tu situación, quizá con la regla de la comunión algún clan que esté por ahí cerca pueda ayudarte.
-Estoy en una carretera que da a la morgue cerca del Barrio Sur.
-¿No sabes nada más?
-No, lo siento.
-No puedo hacer nada por ti.
-¿Cómo quieres que salga de aquí?
-Pues date prisa por la cuenta que te trae. - Rufus colgó.
-¿Y bien? - preguntó Xoggo.
-Estará aquí en tres cuartos de hora, yo diría que incluso antes.
Espero que también os guste a los demás.
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¡PIIIIIIIIIIII! ¡PIIIIIIIIII! - un teléfono móvil rompía el majestuoso silencio del refugio de Billy - ¡PIIIIIIII!-.
El vampiro se despertó de un sobresalto y cogió el teléfono no sin antes haber dicho unas cuantas barbaridades.
-Espero que seas quien seas tengas una buena excusa para despertarme - gritó enfurecido - Xoggo... Sí... Vale...De acuerdo... Muy bien... En tu refugio dentro de una hora. ¡Ah! Ni se te ocurra llamarme tan temprano o te juro que... - no pudo terminar la frase debido a que el Brujo le colgó -.
Billy, refunfuñando y soltando maldiciones de aquel Tremere, dejó a un lado el teléfono y se vistió; cogió su chupa de cuero y sus pantalones rasgados , miró su reloj: las nueve y diez, "sólo" había dormido quince horas; el Brujah maldijo de nuevo el nombre de su líder de grupo, nada más que hacía media hora que había anochecido. El anárquico vástago estaba enfurecido y sediento. Una mezcla explosiva en uno de su clan.
Una hora después, en el refugio Tremere, Xoggo estaba esperando a los miembros de su cuadrilla. Su lugar de descanso era inmensamente grande; tenía un enorme pasillo que lo recorría entero con habitaciones a cada lado, en la primera puerta de la izquierda tenía una enorme biblioteca llena de libros de todos los temas místicos que se pudieran desear, también poseía una infinidad de habitaciones todas ellas, al parecer cerradas mágicamente, la segunda puerta de la derecha era el salón en el que estaba esperando a sus invitados, no era especialmente llamativo pero tenía una buena iluminación producidas por unas lámparas halógenas. La estancia tenía las cuatro paredes recubiertas de corcho, una mesa de cristal de forma circular en el medio, dos sofás y varios sillones. El Brujo estaba recostado en un sofá color azul, su aspecto era normal: tenía un jersey blanco debajo de la chaqueta marrón, sus oscuros pantalones de seda se veían terminados en unos comunes mocasines; su rostro poseía unos brillantes ojos marrones, lo que demuestra su linaje taumaturgo, su boca con delgados labios mostraba sus colmillos, seguramente sacados por su impaciencia, el pelo de color castaño estaba rapado probablemente al uno, su blanca piel era lo que resultaba extraño a la vista, pero era un rasgo muy común en los miembros de la estirpe. El vástago tenía una mano en el respaldo del sillón y las piernas cruzadas, con un gesto de desesperación el vampiro se puso de pie y se estiró la chaqueta, en ese momento llamaron a la puerta; Xoggo cerró los ojos y se concentró - Sí - pensó para sí mismo - es Rufus y al parecer viene con... Jack, si con Jack - con una leve orden mental abrió la puerta y los invitó a pasar. Los dos chupones tenían un aspecto muy distinto; Rufus vestía una camisa beige abierta remangada por los codos con una oscura camiseta debajo, unos pantalones vaqueros y unos tenis, en su cuello llevaba una cadena de plata, su rostro era lo más humano que se podía ver: su piel tenía un color normal y era caliente al tacto, tenía el pelo perfectamente peinado y llevaba un aro atravesándole la oreja; todo esto hacía de él un perfecto Toreador. Jack venía vestido con un hábito de monja de clausura, y su inseparable Parket colgado de la espalda, algo que encajaba perfectamente con su desequilibrada mente.
-Bien por fin os dignáis de venir - dijo Xoggo con sarcasmo -. ¿Y el que falta? ¿Lo habéis visto?
-Jefe pefdón - alcanzó a decir Jack - pod el retrazo pedo no conzeguíamoz encontrad tu defugio.
- Deja de decir tonterías Jack, hemos tardado más por tu culpa - dijo enojado el vástago - "¿Rufus estás seguro de que no hay ningún gato? me están persiguiendo ¿Tú no serás uno de ellos?" - el Lunático alegó en su defensa que desean destruirle y debe estar alerta.
-Billy estará perdido por algún lado. He llamado a su móvil unas cuantas de veces y lo tiene desconectado. Estúpida Chusma. Seguro que... - Rufus no pudo terminar la frase porque el Tremere lo interrumpió súbitamente con un tono autoritario-.
-Rufus recuerda que ahora estamos unificados y no te permito ese tono despectivo con un miembro de tu equipo -el vampiro aludido asintió como si no lo hubiera escuchado - ¡Acata esto como una orden de tu jefe!
El Toreador dio un paso lateral, se puso tras Xoggo, lo cogió por el cuello, le retorció la mano y lo puso contra la pared sujetándolo fuertemente; todo esto con unos increíblemente rápidos movimientos en unas inapreciables décimas de segundo.
-¡Recuerda que sólo eres nuestro jefe porque el Príncipe así lo quiso! ¡Así que deja tus tonterías para otro que se las crea! - gritó enfurecido el vástago - Y ese Príncipe ¿Quién se ha creído que es? ¡Unificar a la Camarilla! Maldito bastardo que me mezcla con estos imbéciles de izquierda. Dime ¿qué harás ahora, usar tu Taumaturgia? No, no lo creo ¿verdad que no? -. Mientras Xoggo intentaba liberarse y Rufus no paraba de decirle tonterías el Malkavian increíblemente rápido desenfundó dos pequeñas ametralladoras que guardaba dentro de su amado Parket, y las dirigió contra el Toreador.
-¡Parket mida lo que hace el pijito! ¿lo haz vizto? – el loco se dirigió a Rufus- Zi te crees tan dudo ven, vamoz zólo zoy un pobde zunnomad, ¿no ez azí? - Jack parecía muy alterado y tenía los ojos brillando de furia - ¿ez ezo lo que pienza veddad Parket? ¡Tú solo edez ezcoria! Un vampido que ze cree, vizte y compodta como un humano nodmal pedo con complejos de gdandeza. ¡Dezpúes dicen que nozotroz deliramoz! - dijo el Malkavian con sarcasmo - ¡Los gatoz noz pedsiguen pedo tú no edes digno de comprenderlo! ¡Las voces están ahí y yo soy el único digno de escucharlas! ¡Y despecto a Xanddo, mida créeme eze Príncipe ha sido la mayod bendición de la Camarilla! ¡Él zolo pudo derrotad a medio Sabbat eudopeo y acabad con la amenaza del antediluviano! ¡Y además Parket lo ama!
-¡Jack tranquilízate!- dijo Xoggo mientras se ponía bien la chaqueta - ¡ y en cuanto ti, Rufus, da gracias a que no le comunique a Xandro tu anterior acto! Ahora pasemos a esperar a este impuntual dolor de muelas.
La puerta del refugio se cerró y el Tremere les condujo a la sala de reuniones. Jack seguía con lo de sus voces interiores y sus perros. Mientras Jack seguía así, Xoggo y Rufus intercambiaron un par de asesinas miradas y se sentaron.
Billy se encontraba ahora mismo en una zona poco recomendable. El barrio parecía un vertedero, las calles estaban llenas de basura y mendigos andaban de un lado a otro buscando un lugar donde pasar la noche, la única luz que existía era la de la luna y la de algunos ventanales, un pestilente hedor a suciedad recorrió la nariz del vampiro que, seguramente, habría vomitado de estar vivo. El Brujah iba a ver a uno de sus contactos cuando al doblar una esquina de improviso le colocaron una navaja en el cuello. El hombre en cuestión iba hecho una pena; su cara, llena de mugre, exudaba sudores negros, llevaba puesto a una camisa raída, unos vaqueros y unas enormes botas militares, el cuerpo le temblaba, sus ojos estaban hundidos en las cuencas y su barba de dos semanas oscurecía aún más su sucio rostro; Billy esbozó una pequeña sonrisa de malicia y le dijo al desgraciado -¿Qué quieres?-.
- No...no te hagas el gra..el gracioso tío- dijo el toxicómano con la típica voz de tener el mono - ya sabes a por... lo que he venido. Así que suelta la pasta o...o...te rajo.
-No te pienso dar nada - dijó con un tono de autoridad -. Y a propósito te huele el aliento.
-¿Me estás va…cilando gi…gilipollas?. Mira tío no te lo pien...pienso repetir tu pasta o tu sangre - el cainita negó con la cabeza -.
El drogata intentó hundir su navaja en el cuello de su víctima la cual con unos sobrehumanos reflejos esquivó el golpe y sorprendentemente rápido se puso detrás de su asaltante, el cual no se dio ni cuenta.
-¡Hey tío! ¿Do...donde te has metido? ¡Otra alucinación! - dijo pasmado - ¿Pero que...? - el Brujah había agarrado al drogodependiente por el cuello y le susurró al oido:
-¿Mi sangre? ¿Seguro? ¿No será la tuya?
-¡Tío! ¡Su...sueltame! No te... - el toxicómano soltó un graznido al tiempo que Billy le apretaba más el cuello y lo levantaba en peso -¡Hey, tranquilo amigo!
-Mira te soltaré si me respondes a una muy fácil pregunta.
- ¡Mi cuello tío! ¡Que me ahogo! ¡Ten cuidado!
-Han pasado por aquí cosas muy extrañas los últimos días, ¿verdad?
-¿Qué...qué quieres dec...? ¡Mmmgg! - Billy le apretó más el pescuezo - ¡No se a que te refieres!¡Te lo prometo!¡Déjame ir! - lloriqueó el yonqui-.
-¿Seguro? ¿No sabes nada de los cadáveres deformados?
- ¿Fiambres deformados? ¡No se nada! ¡Por favor tío! - el drogadicto estaba llorando -
El pobre enganchado tenía la cara roja y los ojos como platos; el Brujah sabía que estaba diciendo la verdad .
- ¿Qué te metes? -preguntó Billy.
-¿Para que lo...? ¡Aghh! ¡Vale tío, ya vale! ¡Caballo!¡Ahora suéltame! - dijo ahogándose.
-¡Puto yonqui! - el Brujah de un leve giro de muñeca rompió el cuello de su ex-asaltante - No pienso beber sangre con esa mierda -.
Billy cogió el cadáver y lo metió en un contenedor de basura no sin antes vaciarle los bolsillos y quitarle su bonita navaja. Al volverse hacia un lado pudo ver a un vagabundo en una cabina de teléfono y parecía muy alterado, se acercó a él y el hombre dijo:
-¡Socorro! ¡Es él! ¡Dense prisa en venir por favor! - gritó el hombre -.
El Brujah usando otra habilidad de su poder de Presencia preguntó al humano:
- ¿A quién llamabas? - dijo el vampiro.
Su disciplina Presencia dio a conocer su brutal naturaleza; su rostro enseñaba sus afilados colmillos, sus ojos habían tornado a un intenso rojo brillante, su pálida cara era comparable a la de un zombi y sus manos se habían convertido en salvajes garras. El hombre cayó al suelo y comenzó a llorar afectado por la despiadada eficacia del hechizo.
- Llamaba a ¡snif! la policía - consiguió esbozar el mendigo entre llanto y llanto -.
-¡Lo que me faltaba! ¿Oye eres un drogata? - no oyó respuesta, aquel desgraciado estaba paralizado por el terror. Billy volvió a su estado normal.
- Contesta.
-¡No! - dijo aún con el miedo en el rostro -. ¡No me pienso meter nada de eso en la vida!
-Bien - dijo el Brujah y levantándolo por la camisa hundió los colmillos en el cuello de aquel pobre hombre y saciando por fin su sed.
De repente el Brujah oyó sirenas y vio como unas luces que provenían de unos coches le alumbraban. Una voz del coche dio el típico "¡Entréguese y no le pasará nada!". Billy gritó para sí unas cuantas barbaridades, cogió el cadáver y empezó a correr; acto seguido los policías se metieron en el coche-patrulla y le persiguieron. El Brujah corría bastante rápido pero el coche le pisaba los talones, así que decidió parar. Uno de los dos policías bajó del coche y se dirigió hacia él y apuntándole con la pistola le dijo que se estuviese quieto y no intentase nada raro. Billy levantó las manos y las apoyó en la nuca. El otro policía lo cacheó y le quitó su cuchillo, le colocó las esposas y lo metió dentro del coche.
-Llamemos a una ambulancia.
-¿Estás loco? - respondió uno de los agentes - si llamáramos a una ambulancia tardaría una media hora en venir, somos la única patrulla que hay en esta zona, recuerda que el hospital está en la capital a treinta kilómetros de aquí. Llevemos al muerto a la morgue, esta a unos diez kilómetros.
-Vale, lo siento, pero es mi primer día y no me conozco este sitio.
Los dos policías se metieron dentro del coche, no sin antes meter en el maletero al cadáver, y empezaron a hablar:
-El muerto está desangrado.
-¡Jodido animal! - dijo al Brujah el otro policía - ¿Qué coño te había hecho? ¡Te pudrirás en la cárcel maldito cabrón! - cogió la porra y golpeó al vástago en la cara.
-Tranquilízate, ya se que es tu primer muerto, esto duele pero tranquilízate ¿OK? - le dijo a su compañero, Billy empezó a reírse. - ¿De qué te ríes degenerado?
-Me parece que también será el primero y el último - con un rápido movimiento el vástago rompió las esposas y arrancó el asiento del copiloto dejando inconsciente a su ocupante. El conductor paró en seco, desenfundó la pistola y disparó una bala que impactó en el estómago de Billy; al ver que el arrestado seguía ileso le vacío el cargador y... nada, para Billy eran como cosquillas. El policía estaba paralizado por la impresión, intentó abrir su puerta pero debido a los nervios se le olvidó quitar el seguro y comenzó a pegarle patadas en un desesperado intento por escaparse. El cainita cogió al agente por el cuello, que no paraba de patalear, y lo estampó contra el cristal de la ventanilla haciéndolo añicos y dejando sin conocimiento al agente, con la cara ensangrentada. Como si Billy no tuviese suficiente con dos muertos, ahora poseía dos policías inconscientes y no sabía que hacer con ellos; sabía que del yonqui no tendría que preocuparse mucho, no es de extrañar que en un barrio así se encuentre a un toxicómano asesinado en un cubo de basura, con el desangrado haría el proceso habitual, prenderle fuego o dejarlo en algún sitio con evidencias de alguna misa negra o algo que no relacionase directamente a los vampiros con el suceso. Lo complicado estaba con los policías, no estaban muertos y ellos podían ser fácilmente identificables; algo estaba claro, no podía dejarlos escapar, pero quieras que no, dos víctimas eran demasiadas para encima añadir la de dos agentes de policía. Aunque sea difícil de imaginar, Billy tenía conciencia, como todos los vástagos, pero siempre suele estar muy oculta y no mostrarse hasta que reflexiona sobre los actos cometidos. No sabiendo que hacer conectó su móvil y llamó a Xoggo.
-¿Sí? Xoggo al habla.
-¡Hey! Soy yo, Billy.
-¡Hombre si se digna en llamarnos! ¡Escúchame pedazo de...!
No pudo terminar la frase ya que Billy lo interrumpió - Mira, si quieres después ajustaremos cuentas pero por ahora necesito tu ayuda urgente -.
-¿Qué tripa se te ha roto?
-Esta noche iba a ver a uno de mis contactos en el Barrio Sur de las afueras...
-Sitio muy bonito, ¿verdad que sí? - dijo Xoggo con ironía -.
-¡Cierra la boca y escúchame! se me cruzó un yonqui y, bueno, lo maté; alguién me vio hacerlo y llamó a la policía, pero me comí al soplón. Bien, la situación actual es la siguiente: con el muerto hago lo de siempre pero, ¿Qué coño hago con los dos monos? No están muertos, sólo han perdido el conocimiento.
-Un momento, voy a consultarlo con tus compañeros de equipo. ¡Ah! A propósito te llevamos esperando una hora y cuarto, están bastantes cabreados. Yo que tú no me acercaría mucho a ellos.
-¡Tío! ¿Has escuchado algo de lo que te he dicho? - dijo enfadado Billy.
-Sigue con el móvil conectado te llamaré en seguida - el Tremere colgó.
-¡Maldito Brujo! ¡Cada día que pasa lo odio más!
Mientras tanto en el refugio de Xoggo este acababa de comunicar la situación al resto de la cuadrilla.
- ¿Qué espera que hagamos? - dijo Rufus.
- No tengo ni idea pedo penzemoz algo - respondió Jack.
-Traigámoslos hasta aquí y dispongámonos a efectuarles un pequeño interrogatorio - concluyó al fin el Brujo.
-¿De qué nos pueden servir esos dos polis? - dijo Rufus
-¿Has olvidado lo de los cadáveres deformados? Alguien tiene que saber algo y espero que estos dos tengan alguna idea. - dijo Xoggo – Rufus, llama al móvil.
-¿Cómo lo llevas pequeño bastardo? – dijo el Toreador -.
-¡Vete a la mierda! ¿Qué coño vamos a hacer? - dijo alterado el Brujah.
-Tráelos aquí y entablaremos conversación.
-Que los traiga ¿a dónde?
-Al refugio de Xoggo.
-¡Estoy a tres cuartos de hora en coche! ¡Y no sé si aún funciona!
-Dame tu situación, quizá con la regla de la comunión algún clan que esté por ahí cerca pueda ayudarte.
-Estoy en una carretera que da a la morgue cerca del Barrio Sur.
-¿No sabes nada más?
-No, lo siento.
-No puedo hacer nada por ti.
-¿Cómo quieres que salga de aquí?
-Pues date prisa por la cuenta que te trae. - Rufus colgó.
-¿Y bien? - preguntó Xoggo.
-Estará aquí en tres cuartos de hora, yo diría que incluso antes.
Angelus_Mortem- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 30/12/2009
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